Saludo del presidente

Estimados amigos/as:

Si la principal característica del usuario de Internet es su inquietud y la búsqueda de nuevos retos en la vida, os generará una inquietud nueva y sobre todo práctica, la de conocer vuestros derechos, así como proteger y rentabilizar vuestro dinero en las entidades financieras.

Como Presidente de (Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros), os doy la bienvenida y la enhorabuena por vuestra visita a estas páginas, que os proporcionarán la solución para resolver vuestros problemas con vuestro Banco, Caja de Ahorros y Aseguradora y, además, os darán la mejor arma para defender vuestros intereses en las negociaciones con dichas entidades, que sin duda es la información.

Año tras año los problemas colectivos de los consumidores se hacen más evidentes. Aunque pueda parecer lo contrario, si rascamos el dulce barniz que nos proporciona el nirvana del consumismo conformista (aderezado por el marketing agresivo y la sociedad del confort en que nos apoltronamos), descubrimos unos cauces subterráneos por donde discurren riesgos latentes, problemas graves cuando no, en muchos casos, potencialmente perjudiciales para la salud social en su conjunto: nuevos productos de ahorro que estafan "legalmente" a millones de familias; comportamiento empresariales que ningunean el papel del pequeño accionis- ta; por no hablar de la liberalización de las telecomunicaciones y las nuevas tecnologías de la comunicación que plantean problemas a casi toda la población sin que haya manera de poner coto a los desmanes de las operadoras....

Unos problemas que sólo en sus formas explosivas merecen la atención adecuada: Fórum, Afinsa y Arte y Naturaleza.

La lectura de todo esto, y muchas más cosas, no puede decirse, lamentablemente, que constituyan un análisis pesimista o radical del consumo porque es el pan nuestro de cada día. Mañana, y el próximo verano, serán otros los problemas que se sumen a los anteriores no resueltos del todo, haciéndolos así eternos, como el de las comisiones bancarias y financieras.. Y es que no hay verdaderos programas de acción en materia de consumo, no basta no con unos “Planes Estratégicos” (cuyo diseño se ha revelado ineficaz e insuficiente); ni con las medidas de “reacción” frente a los problemas que a salto de mata se van planteando.

Desde luego no es el “destino natural” de los consumidores, ni ninguna maldición divina la que ordena al ciudadano consumidor a soportar estas lacras, sino la ausencia de un auténtico movimiento social organizado de los consumidores capaz de imponer su fuerza de interlocución y una aplicación seria de la amplia legislación de protección de los consumidores y usuarios como la que tenemos hoy en la U.E.

No creemos en la radicalización gratuita. Las modernas sociedades (pese al déficit democrático que se denuncia precisamente desde Europa) poseen vías para dar cauce a las reivindicaciones y necesidades colectivas. Pero teniendo en cuanta el preocupante nivel de atoramiento en la labor sensibilizadora, la peligrosa (e interesada) comodidad institucional con las instituciones dadas, y sobre todo en la creencia de que el derecho es una lucha de todos, se alinea con ese espíritu. Aunque sabemos que la senda emprendida no es fácil, mientras no exista voluntad ni hechos que evidencien un cambio, la situación actual nos obliga. Por ello, hacemos un llamamiento para establecer mecanismos válidos de concienciación que hagan despertar al consumidor de su letargo individualista y lo sitúen de nuevo como protagonista de sus decisiones.

Y para ellos debemos comenzar por nosotros mismos. Las asociaciones de consumidores en España y en muchos países europeos no pueden permanecer en su actual estado atomizado, burocrático, pasivo y dependiente que las sitúa como mero apéndice de las Administraciones Públicas y lastra su capacidad de respuesta eficaz a los problemas planteados, sobre todo colectivamente, a millones de consumidores.
Hay que despertar la conciencia de los consumidores y usuarios desvirtuando el muro consumista que permite la actual manipulación de masas y amenaza con un futuro todavía peor para todos los derechos ciudadanos. No puede haber excusa ni perdón para esta actitud que sin duda la historia considerará de “leso consumo”.

Y el mundo va tan deprisa que solo una actitud dinámica, inteligente y eficaz de los consumidores y de sus líderes puede permitir coger el acelerado tren de la historia.


Manuel Pardos Vicente
Presidente de

 
 
ADICAE - Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de España
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